lunes, noviembre 10, 2008

Laberinto cinco: Enojos de medianoche

El amor a lo que fue es, por oposición, una pasión triste, pero jamas dormida.
Es un amor inquietante y furtivo, maduro y esperanzador.
En este sentido, vuelo alerta por la desmesura que propone su cadencia, también, contra los procesos de institucionalización que acechan a cualquier movimiento.
Frente a las costras de la quietud, mi movimiento irreberente toma las formas del agua;
inventa su curso frente a los obstáculos, se moviliza y embiste contra las manifestaciones de la dominación.
Contra toda trascendencia pero impregnando la forma en que lo humano
se despliega en el mundo; contra los falsos ídolos que
creen medir un poco más que nuestro espíritu; con la solidaridad,
la autonomía; con la libertad como divisa; con furia contra
el autoritarismo; el anarquismo vive y sigue viviendo.

“O alma mía, no aspires a la vida inmortal, agota, más bien,
el campo del posible.”

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