domingo, marzo 15, 2009

En forma de discurso

Sí, llegará un momento en que la humanidad escéptica,
enloquecida por los placeres, blasfema de impotencia,
se pondrá tan furiosa que será necesario matarla como a un perro rabioso...
Será la poda del árbol humano... una vendimia que sólo ellos, los millonarios, con la ciencia a su servicio, podrán realizar.
Los dioses, asqueados de la realidad, perdida toda ilusión en la ciencia como factor de felicidad, rodeados de esclavos tigres, provocarán cataclismos espantosos, distribuirán las pestes fulminantes...
Durante algunos decenios el trabajo de los superhombres y de sus servidores
se concretará a destruir al hombre de mil formas, hasta agotar el mundo casi...
y sólo un resto, un pequeño resto, será aislado en algún islote, sobre el que se asentarán las bases de una nueva sociedad.
La mayoría vive mantenida escrupulosamente en la más absoluta ignorancia, circundada de milagros apócrifos, y por lo tanto mucho más interesantes que los milagros históricos,
y la minoría será la depositaria absoluta de la ciencia y del poder.
De esa forma queda garantizada la felicidad de la mayoría, pues el hombre de esta casta tendrá relacion con un mundo divino, en el cual hoy no cree. La minoría administrará los placeres y los milagros para el rebaño, y la edad de oro, edad en la que los ángeles merodeaban por los caminos del crepúsculo y los dioses se dejaron ver en los claros de luna, será un hecho.

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