algunos viajeros retrasados lo observan atónitos. Algunos dentro tienen los ojos inmoviles como pescados muertos.
Se aprietan unos contra otros, y parece que se los hubiera perdido la vida. ¿Son de verdad ? o ¿son habitantes de otra luna? en esos momentos uno se tienta a no creer, pero la realidad elige otro triste destino.
El tren, apurado por llegar a la ultima estación, devora el poco espacio que parece verde y hace crujir los rieles... y se aleja una vez mas...
Entre tantos errantes, encuentro uno con los codos apoyados en las rodillas, la cabeza entre las manos, irresoluto y estupefacto, se pregunta con su mirada perdida, si es realmente eso a lo que se llama "caridad humana"...
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