domingo, febrero 28, 2010

Laberinto quince: NOCHE

Pronto llega la noche. El niño ya no se siente tan seguro de sí mismo después de las canciones y los relatos excéntricos del día, no se atreve ya a dejar que las piernas se bamboleen sobre el borde de la cama. Se acurruca por temor a los poderes ocultos del mundo y teje sin permitírselo el mas mínimo movimiento.
Sus pequeños muñecos favoritos le dan la espalda. Le aterra la situación.
Afuera mora un humo denso.
En la penumbra que le propone la noche, las dimensiones de la habitación parecen aumentar.
Aumenta el sosiego, ninguna fuerza terrenal puede franquearlo ahora.
La más remota de todas es su madre. Hasta el corazón de ella parece haber desaparecido irrevocablemente en las profundidades insondables de la pesada noche, la bruma espesa es instinto de poesía con vida, poesía de muerte.

No hay comentarios: