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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Significación de la comunicación poética

La poesía representa el esfuerzo más grande del hombre por comunicarse. Cuanto más honda, más humana, intente ser esa comunicación, tanto más oscura aparecerá la poesía, al distanciarse del lenguaje convencional, cuya exclusiva función es de instrumento para las necesidades de la vida practica. El poeta quiere comunicarse con ese desconocido que se llama lector. ¿pero es solamente un mensaje lo que envía? No, es necesario que ese mensaje surja de la colaboración del lector con el poeta. Hemos visto la actitud de muchos poetas ante los lectores. Pero a pesar de sus declaraciones evidentes en cada letra, verso o estrofa, los poetas de genio duro, escriben indefectiblemente para ellos mismos. Por ello urge la necesidad de encontrar una obra, que tenga más en cuenta al lector, no para convencerlo, sino para entablar con él una lucha, crearle trampas, burlarse de él, y usar todos los medios para convertirlo en un rival digno o para alejarlo derrotado pero con la certeza precisa de que se in...

En aquel libro perdí mis ojos...

En aquel libro perdí mis cansados ojos, mi otra vida... mi ausencia, mi soledad y mi desamparo. leyendo, y leyendo olvidaba mis pesares... algunos rostros, unos labios, otra noche... olvidaba las penas y las condenas... las sonrisas que supo dibujar tu rostro en mi rostro. leyendo, y leyendo olvidaba que mi alma cargaba todos los puñales... que mi pecho sincero albergaba todas tus ilusiones. en aquel libro perdí mis ojos, y me olvide del largo vacío, de la nube que nunca termina de pasar, de tu probable tormento de hastío. En aquel libro perdí mis golpeados ojos leyendo y leyendo me refugie del azar, del espanto y las pesadillas. de pensar con las rodillas... y salir a caminar. De los neutrales y desleales de la infamia y las pirañas... En aquel libro perdí mis abrumados ojos leyendo y leyendo me olvido de las miserias y de los miserables, de los muros e inframuros... de los suicidas y homicidas de las vacaciones y el agobio me olvido de la necesidad de estar alegre...