martes, mayo 22, 2012

A dos años...


       Dos años después y una inmensa alegría.
Dos años después, ya no es solo un momento; sino que es el momento.
Dos años y el ultimo acorde está por tocarse.
Si, pasaron dos años, nada. Cierro los ojos y se me escapa una atrevida lágrima.
Dos años y un tremendo Rosariazo, como quien dijo.

Hoy triunfos por aqui y por allá...
¿Vas a ir ? ¿A qué? Estas seguro? Sonaban inquisidoras las preguntas.
- Si fui a cada potrero y por mucho, muchos menos... ! 
- Como no ir. ¿De que me hablas? Mientras hacia montoncito con los dedos de la mano derecha y  contestaba entusiasmado.
Hasta de loco me trataron...

     No hay que esperar hay que ir al encuentro. Leí alguna vez por alli...  
Y es justamente alli hacia donde nos dirigimos..
Bajo una vendita lluvia de otoño. Lluvia y  sufrimiento habia por todos lados.
Hacia calor. Las manos ya no tenían que transpirar.
La voz atragantada y una daga parecía estar clavada en medio del estómago.

    En fin estábamos ahí, unidos por la misma pasión, el mismo color.. la misma hidalguía y la misma desfachatez... con todos los sufrimientos de siempre.
Era a todo o nada. Las impiadosas circunstancias asi lo dictaban.
Nada, a esa altura era muy poco y todo, era lo que fuimos a buscar. Si, con la misma pasión, con la misma locura de siempre... Siempre

El tremendo encuentro ya paso, hoy ya es historia, y qué historia.
A veces es posible contar la historia desde los que menos tienen. Si. Desde lo que lo sufrieron todo...
El hecho ya consumado y la magia por fin se apodero de la realidad y todos los abrazos fueron hacia nuestros corazones...

Vaya paradoja del destino insolente. La lluvia esta presente como en estos dias.
Inevitable será que cada lluvia de fin mayo me deposite en aquel Rosario fastuoso de un 23 de mayo de 2010.
 

Por eso, a poco tiempo de aquella imborrable historia, debemos aplaudirnos hasta que sangren las manos.
Porque la memoria esta hecha de esa historia y por todos nosotros, dichosos, que la pudimos presenciar.

      Hoy, dos años después, quizás lo mejor, aun, estará por venir...
El barrio pintado con su Blanco y Negro favorito.
El barrio huele a corajeada. A gesta de otra epopeya.
        Se huele a que algo grande puede pasar. Y yo, y
a no quiero soñar, solo quiero estar bien despierto para cuando eso suceda...

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