martes, enero 01, 2013

Laberinto Veintinueve: 2013. La vida misma.


2013, enero 1. Fecha que impone el calendario, impacta. Parece el futuro. Estamos en el futuro. Pero los autos aun no vuelan, al menos yo no los vi. 
Afuera el sol acompaña con paz y tranquilidad. Los ruidos se fueron del barrio. El silencio es mágico.
Me propongo escucharlos todos. Entran por mi ventana. Sigilosos. Puedo diferenciarlos. Algunos me alivian otros me estremecen. 
Miro el horizonte, hincho el pecho y busco todo lo que debo olvidar. Ya no quiero más tristezas.
Proyecto en mi mente algunas cónclaves que me guíen para este nuevo año que comienza. Imagino un futuro sin un gran paraíso. Quizás solo sea cuestión de construirlo.

Pasaron cosas, no se los voy a negar. Nos conocemos. Por eso debo reinventarme. Como primera medida. Encontrar ese yo, que tanto bien hace. Para poder ser y existir. Sin dudas, con aciertos y errores. 
El amor me invadió profundamente, y lo tomé, lo sentí puro, y lo di consciente y sin intereses, fue verdadero y relevante pero por algo, hasta ahí llegó. No trascendió. Fue digno, no se guardo nada, intento como supo y pudo. Se dejo todo en la cancha. Como quien dice. 
Hoy es tiempo de amigarnos con la soledad. De que nos queramos y nos disfrutemos. Con respeto. Como en aquellos buenos tiempos.
Miro al viento que me acaricia el rostro, y seca la última lágrima que voy a derramar, se los aseguro y sino, me regañan. Eso si los quiero bien atentos.

Ponete intenciones, me aconsejo un amigo. Y para ese punto me voy a dirigir. 
¿Cuales? aun no las tengo definidas. Pero una con certeza creo que si.
Dolerá, en un principio, como toda decisión profunda pero aliviará el sufrimiento. El vacío  El desasosiego.
Intentaré dejar de lado las decepciones que solo hacen que se cierre el corazón.
Con voluntad y sinceras contenciones se puede salir andar. 
El miedo, la voluntad, serán el drama entre la transitoriedad como hombre y la búsqueda de algún absoluto posible, que eleve y nutra; y el amor el lugar en el mundo.
Y es ahí donde me descubriré letra tras letra, palabra tras palabra. Invitando a la calma que se acerque al festival de letras que nos espera. 
Escribir, escribir y escribir. Escribirlo todo. Con pasión y rebeldía. Soltar lo viejo. En fin, la vida misma.
Ahora voy a partir para poder quedarme mañana.
La vida se va pasa en esa constante toma de decisiones. De acuerdo, será hora de comenzar a vivirla.

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