miércoles, enero 22, 2014

Diarios. Enero 2014.
Cuando escribo.

Creo que terminé. Cuando suelto el ultimo golpe de letra. Y caigo en un silencio profundo.
No hace falta agregar palabra alguna que tenga mayor efecto sobre lo escrito.
En ese momento siento que dejé de escribir el texto y que más bien lo estoy leyendo, como si me hubiera convertido en el propio espectador de lujo de una magia ajena.
Cuando recobro la noción de la realidad y del tiempo, siento que regreso de un viaje remoto, lejanisimo, y que llego con menos peso, aliviado y con otra conciencia de mi y de las circunstancias que me tocaron vivir.

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