La voluntad de
confrontarse con la noche. Confrontarse con el silencio.
Confrontarse
con esa orilla donde toda realidad se disuelve, es una manera de confesar que
existe algo contra lo cual nada podemos hacer. Y de allí, precisamente de
esa impotencia, surge el poema, surge el poder y la fuerza, surge lo mejor y lo
peor del hombre.
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