Postal Urbana
Vacila de costado el viaje en tren. Mientras intenta leer una página más “Humano demasiado humano” texto que lo saca del agobio, era demasiado otra vez ese trayecto. Mientras que en la calle, el ruido que escupen las maquinas llena de resquicios el mundo de juguete. Pequeñas construcciones sobre el indómito regazo del planeta. Un halo oscuro irradiándose como un veneno por todas partes. Inevitable para andar deprisa, la cabeza gacha, la mirada esquiva, sumergido en el paisaje inmóvil. En los fondos del vagón, un pibe grita cansado una canción a través del ruido. La estridencia de la rueda rozando el riel, azota en paralelo a los tímpanos. Difícil contener el gesto desgraciado. El canto del niño resulta el eco moribundo de una derrota coronada por siglos de esfuerzos en vano. Desprenderse de un par de monedas no resuelve la carita momificada por el frio. Si se siente, se padece la lógica del espejo. Entre sus manos recuerda que sostiene un libro. En su interior aquel viejo...