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Mostrando entradas de agosto, 2009

Postal Urbana

Vacila de costado el viaje en tren. Mientras intenta leer una página más “Humano demasiado humano” texto que lo saca del agobio, era demasiado otra vez ese trayecto. Mientras que en la calle, el ruido que escupen las maquinas llena de resquicios el mundo de juguete. Pequeñas construcciones sobre el indómito regazo del planeta. Un halo oscuro irradiándose como un veneno por todas partes. Inevitable para andar deprisa, la cabeza gacha, la mirada esquiva, sumergido en el paisaje inmóvil. En los fondos del vagón, un pibe grita cansado una canción a través del ruido. La estridencia de la rueda rozando el riel, azota en paralelo a los tímpanos. Difícil contener el gesto desgraciado. El canto del niño resulta el eco moribundo de una derrota coronada por siglos de esfuerzos en vano. Desprenderse de un par de monedas no resuelve la carita momificada por el frio. Si se siente, se padece la lógica del espejo. Entre sus manos recuerda que sostiene un libro. En su interior aquel viejo...

Recuerden...

Q uiero: un palacio en las tierras altas (con fantasmas y todo); un helicóptero sin piloto; un campo entre ríos; caballos; y dos perros fieles, un velero, saber navegar; que me quieras un par de días más (o siempre); emborracharme en tus despedidas; tocar los tambores y que broten las musas sin dolor; llorar sin vergüenza; y saber de mis amigos; saber que todos duermen bien; que me beses todas las mañanas; pan tostado y café; que no se muera el cine; y saber escribir en latin; conocer Itaca, aburrirnos de Europa; saber todo lo que nunca voy a saber; re escribir todos los días; poder dormir para soñar; que mi hermano se ría mas; y jugarnos la vida en una vuelta de ruleta, pelearnos por el club de todos nuestros amores... y levantar las banderas de la rebeldia. Dejar que vueles, sin llorar; a los enanos de mi corazon, todo... y todo lo demás que me olvido de recordar... ... también.

Sin Salida

Como forma salvaje de compasión, huís, urgente, mitad lobo. mitad cordero. Cuando la criatura se presenta. Tan tierna. Tan atroz. A solas tus héroes se desvanecen, en el eterno letargo, de una caricia, que nunca llegó. Cruza de inframundos ...
OTOÑO Me desvanezco, en otro atardecer lluvioso mi pecho escarchado, hace un espejo... de silencio sepulcral. Aroma de profeta, en tierra de nadie bajo escombros de soledad... miro tu rostro cansado que desnuda sin razón el hueco que el alma despierta, y de mientras, fusilamos al soñador que hay en mí. Tu eternidad absoluta vibra, en mi demencia... Mi demencia, es intensidad y rebeldía Mi demencia es, esperanza de libertad.... Bucólico insomnio de cemento, penetra en tu mirada certidumbres y negras pesadillas, son el fruto, de mi aturdido silencio... mis espacios, son tus dudas me contempla, tu poder el infierno, lo sublimo, para poder existir...