militante de utopías

El humo entra... mágico se apodera, choca con la tensión irresoluta, el golpe de los estadios, convulsiona la pasión... te olvidas de olvidar otro recuerdo olvidado aparece el espanto invisible la tension es fuerte, imposible ceder al destino que ya llegó... la cobardia de sentirse débil, no quiere ceder... el esfuerzo es supremo y el honor también... y al fin caes, todo deja de ser real, los ojos brillan reís de este mundo inmundo voraz...

Un arco iris de dos colores... blanco y negro, preferentemente... mirar al interior de tus ojos, y verte bailar hasta al amanecer. Hoy quiero, respirar tu dicha, que te juegues esa ultima ficha... y que salga el treinta y dos. Hoy quiero, viajar por tus sueños, sin saber a donde yo no estoy más... Hoy quiero, viajar en tu viaje, sin maletas, la alegria de tu reir... y que me digas que no. Hoy quiero, tumbarme al sol cuando te llueva cambiar el mundo mientras brindo a tu salud.

La historia del arte es la equivocación. Los artistas se desgarran en el remolino del presente mientras los fantasmas del arte han pasado y los exitos cientificos nacerán de sus ideas. Es infinita la forma de errar, y mas por medio del arte-facto, y es cierto que el acierto cientifo es un hecho. El arte influye pero no genera discipulos. Si tenemos en cuenta que -el arte - es la suma de innumerables producciones, no podemos pretender que de la nada, esas producciones se sigan manteniendo, y mucho menos, que conserven un grado de coherencia tal para ser disfrutadas o defenestradas, según correspondan. hay que tener en claro que los artistas son humanos. ¡SI! de carne y algunos huesos, esencia, y descencia, que debido a su genialidad aparente o consumada, generan personajes capaces de realizar las mas bellas, horribles, perversas o emocionales producciones. La muchedumbre insiste en creer que estas producciones están destinadas a sanear la culpa moderna del vacío estimulante, y se empeña...

Será inevitable la locura? en el hombre “normal”, regido sistemáticamente por las cuantiosas reglas, normas, preceptos... Será inevitable la locura, en el hombre “anormal”, que se lo observa, se lo estudia, y se lo invade con las mismas e impúdicas normas y reglas... esas que asfixian, enmarcan y alteran, limitan, demonizan y des armonizan. Será inevitable la locura de ese genio “anormal” incomprendido, ese genio que habita en todo hombre, donde su genialidad demente sea el tempestuoso impulso para la más profunda realización, ese impulso esencial de cambio, de alteración, rompiendo con las estáticas y rígidas normas preconcebidas... estimulando la plena construcción en movimiento, donde se rompa con la normalidad ficticia artificial y efímera de existir, de padecer... y entonces, el hombre pueda al fin, no caer en un vacío de tantos futuros negados... Entonces sí !! La locura es inevitable. Para aferrarse violentamente al mundo de la jubilosa imaginación, ...