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Mostrando entradas de julio, 2010

¿Donde... estas?

Hoy me levante triste me pesaban los sueños. No me reconocí en tu mirada te perdiste entre tus miedos. No se, si te extrañaba a vos... a ellos, o a mi... Estaba libremente encerrado en tu atractiva incertidumbre. En tu fastidio. Te veo mirar el Agosto que esta por llegar. nunca estuvo tan lejos. Busco tu luz en las fotos de mis recuerdos, mientras encuentro por donde poder huir. Me escondí de tus fracasos me refugie, en el consuelo, que me proponen los míos.

Laberinto diez siséis: Para ustedes...

La vida otra vez no puso cerca. Con su fuerza, con su repertorio de recuerdos. Con su pureza. Otra vez de viaje por el mejor de los mundos. Vibrante y con pulsion de arrebato final. inspirados por el curso fraternal de una vida llena de magia... Estábamos allí, unidos por la vieja y conocida armonía de tantas noches de desvelos. Paraisos de sierras envolvieron nuestras inquietudes. Entre respiraciones cortadas, vinos de muy buena clase, y polvo mágico del amanecer… seguíamos ahí buceando en el ritual de los recuerdos... Luces y sombras de amor puro. De vividas vividas. Uno ensayaba risas frente al espejo, el otro olía las profundidades y riquezas que le obsequiaba aquel ultimo vino compañero... y yo, contemplaba melancólico, la paz que reinaba sobre aquella velada. Las armas que ahora estaban en el exilio parecían estar presentes. No hubo espacio para el olvido. Fue una comunión de hombres nobles con necesidad de vivir. Vivirse otra vez. Viejos y conocidos amigos de la libertad pura, s...

Laberinto Quince: La noche nómade.

Y como casi siempre ocurre, en junio, junio se esfumó. Y yo, hombre border impaciente, cansado. Y vos mujer inquieta, asustada. Ambos sin saber con tantas huidas; donde esconder las armas del exilio, donde esconder la astucia. Veo por el reflejo que cae con la noche, a una mujer que tal vez, me enseñe a amar. Espero un beso generoso. La media luna y la noche sueñan con sus labios. Abrazaría más lágrimas futuras, antes que la penosa vida no vivida avance. Pero no me detengo, aunque el estomago hierva. Acostumbrado a esconderme en las palabras, quise darte esta carta. Cuando llegue a viejo quiero conservar el sentido de inmunidad de un artista comprometido con su justa causa, porque casi todo en ello es errático, melodramáticamente esperanzador, hasta el propio habito desafortunado de la pena. Casi nadie se aventura, ya nadie sabe del amor. Nadie sabe ya mirar a los ojos. Nadie. Todo es forzado y penoso, la poesía ya no sale de las entrañas. El viento ya no sopla a la vuelta de tu...