Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2014

Laberintos treinta y tres de otoño

Pasó en silencio. El espejo le cruzo una mueca sutil. Por una pequeña ventanita de madera entraban rayos de luces alborotadas, tenues, dibujaban colores. Era un atardecer manso. Sin sobresaltos. Se detuvo, en realidad el propio espejo lo detuvo repentinamente. Se miró sin “ver” con los ojos cansados. Encerrado. Trato de reír para disimular las pequeñas arrugas que se le formaron en la comisura de los labios. El tiempo presente, inexorable. Así se vio la cara que le devolvió el espejo, y en un intento elegante de disfrazar con sonrisas, muecas, maquillaje, afeitadora, al implacable olvido... Se reconoció en un intento. Cual será la verdadera cara. O será que a nuestra cara real no la vemos nunca, quizás solo al tacto, como los ciegos.

Una copa. Un recuerdo. Un impulso

Imagen
Una copa. Un recuerdo. Un impulso Un mundo entre letras. Como guías. Como luces. Un espacio. Sin vacíos.  Letras. Que alivian. Que saben de esperas.  Esperan ser leídas. Re leídas, por la voz firme del corazón. Suenan precisos los acordes en el tiempo lírico del encanto. La voz se inicia en la sed de lo incompleto y la creación señala un estado de alerta. En la solemnidad del silencio se abrazan las miradas. Un impulso. Un recuerdo. Una copa.