… y la angustia se desato al final... Las piernas se aflojaron, estaban pesadas, las largas horas de ansiedad hicieron su trabajo. La vida entera reunida allí, entre tantos. Miles de conocidos, cientos de desconocidos y muchos otros por conocer. La piedad del sufrimiento, fue la mejor compañía. Los rezos de los que nadan creen... estaban allí, en muchas manos. El cielo se vio mirado por miles y miles de miradas, que imploraban, ese no se que… Como respirar, con tanta humedad. Como saltar, si casi no había lugar. El pecho cerrado. Hacia imposible cantar. Cuantos años de angustia, cuantas deshonras. Cuantas tardes para nada. Cuanto anhelo, cuanto vida en tan solo dos colores. Todo pasaba en tan solo noventa-y-pico de minutos… y un poco más. El paso del tiempo fue insoportable, no pasaba nunca; las manos ya no tenían que transpirar. La boca seca, la garganta bien anudada. Pensaba, con los dedos bien entrelazadas, imposible que se nos escape esta vez… viví toda aque...
Comentarios